Adriana rompió el silencio, advirtió a sus correligionarios que no les entregará el control del PAN en el estado, al tiempo de que a varios de sus compañeritos los llamó corruptos, huevones, traidores y hasta pervertidos. Quien también se resiste a abandonar la escena política local es la diputada federal panista Minerva Hernández

Por Edgardo Cabrera

Sin pelos en la lengua, Adriana Dávila arremetió ayer contra varios de sus correligionarios, lo mismo los llamó corruptos que huevones, traidores y hasta pervertidos, principalmente aquellos que simularon o chaquetearon.

La senadora rompió el silencio, no se contuvo y sin rodeos les advirtió a sus correligionarios detractores -que ya se frotan las manos tras el fin del periodo de Carlos Carreón– que no les entregará el control del PAN en el estado.

Aunque evitó pronunciar su nombre, fue claro que el primer mensaje fue para Aurora Aguilar y sus allegados a quienes cuestionó su calidad moral para exigir la salida del adrianismo de la dirigencia estatal del partido, nada más les recordó que en su momento ese grupo estuvo en el centro de la polémica nacional por aquel escándalo de los moches exigidos a alcaldes a cambio de gestionarles recursos federales.

A su “lista negra” agregó también a diputados locales como José Gilberto Temoltzin quien, por cierto, esperó hasta la construcción del polideportivo para pelear la propiedad del predio a su correligionario y alcalde capitalino Adolfo Escobar. Al de Chiautempan lo calificó de improductivo.

Pero los nombres se multiplican, aparecen en esa lista negra personajes como Sergio González (de quien le recordó un lío de faldas), las hermanas Claudia y Celina Pérez, los alcaldes Lilia Olvera y Alejandro Aguilar, el diputado Humberto Macías y otros a los que les advirtió, por anticipado, que no les dejará las riendas del PAN estatal.

Más destinarios

Además de sus correligionarios, en la extensa comparecencia que ayer tuvo ante medios de comunicación (tras asistir al informe legislativo de Minerva Hernández) también habló de las quejas del PRD y la acusación por el supuesto rebase de los topes de campaña del PRI y sus aliados.

La ex candidata dejó entrever que la impugnación de los lorenistas raya en la hipocresía ya que, aseguró, Lorena Cuéllar recibió recursos para su campaña de gobiernos perredistas como el de Morelos, al tiempo de que pagó para movilizar a miles de personas con las que pretendía “madrugar” a todos al inflar votos en las casillas especiales.

Tras casi 3 meses de la elección Dávila regresa con la espalda desenvainada y a cobrar revancha, eso sí, primero con los de casa.

Su postura abrirá frentes al interior de su partido y de sus rivales políticos de otras fuerzas, es claro que no cederá terreno en el PAN y que se alista a reestructurar su grupo de cara a la elección presidencial como coordinadora de campaña de Margarita Zavala en el estado.

Si alguien cree que la senadora está muerta políticamente, están equivocados, al tiempo…

Urgida de reflectores

Quien también se resiste a abandonar la escena política local es la diputada federal panista Minerva Hernández, utilizó su supuesto primer informe legislativo para atraer reflectores.

El asunto es que la oriunda de Texoloc representa al Estado de México pero nadie la conoce por esos rumbos, no olvidemos que se coló a la curul en el listado plurinominal de la quinta circunscripción gracias a los amarres que hizo con el grupo del ex líder nacional panista Gustavo Madero.

Por eso vino a donde sí saben de su existencia para presumir que “bajó” varios millones de pesos para municipios (39.5 para ser exactos), por cierto, de los cuales destinó una parte para que le pavimentaran la calle donde tiene un salón y sus oficinas.

¿Será que quiere regresar al Senado?

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