Se debe soñar
25 de julio - 2016

ranulfo_rojas

Pbro. Ranulfo Rojas Bretón

Walt Disney decía: “si lo puedes soñar lo puedes alcanzar”. Esa convicción de poder alcanzar tus sueños, de poder lograr las metas por más difíciles que puedan ser, está presente en el espíritu de cada persona. De hecho, el niño es el preguntador por excelencia, por tanto, el auténtico filósofo y por supuesto el soñador.

Los grandes inventos que han revolucionado el mundo comenzaron por un sueño, alguien creyó que se podía lograr y luego hubo alguien que lo intentó, una y otra vez. Tal vez nunca lo logró pero dejó sembrada la semilla que otro tomó y finalmente alguien logró hacer realidad ese sueño.

Baste pensar en el primer vuelo de los hermanos Wright, que en 1903 duró apenas un minuto y alcanzó la distancia de 26 metros. Ellos hacían realidad el sueño mítico de tantos hombres y de tantas generaciones: Volar. ¿Cuántos no soñaron con la posibilidad de imitar a las aves y desplazarse por los aires? Ahí está el sueño de Dédalo e Ícaro. Ahí están los estudios de Leonardo Da Vinci y los inventos ficción de Julio Verne. Todo eso que el hombre fue albergando desde los inicios de la humanidad hasta que comenzando el siglo XX se hizo realidad. El siglo XX logró cosas impresionantes en materia de vuelo; lo más sorprendente fue poner a un hombre en la luna, algo que tampoco era ajeno a los sueños del hombre, baste recordar a Julio Verne y su obra “de la tierra a la luna”.

Sueños y sueños del hombre se han hecho realidad, han tardado años o siglos pero el hombre los ha ido haciendo realidad. Se ha necesitado soñar y pensar que esos sueños son posibles. Efectivamente “si lo puedes soñar lo puedes realizar”.

Jesús ha hablado en su Evangelio de la necesidad de soñar, Él dijo: “Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá. Porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que toca se le abre.” Y en varias ocasiones indica que se debe ser constante e insistente. “Supongamos dice: que llega un amigo a visitar a uno, y entonces va con su amigo vecino y le dice: “acaba de llegar un amigo y no tengo nada que darle, préstame tres panes para ofrecerle”. Desde dentro el amigo le dice: “Ya está cerrada la puerta, mi esposa y mis hijos ya duermen, ya no puedo levantarme a dártelos”. Si el amigo sigue insistiendo –dice Jesús- “yo les aseguro que se levantará a dárselos no tanto por ser amigos sino para que deje de molestar.” El sueño se puede realizar si es que no se deja de buscar. Puede ser que no se dé pronto pero se debe seguir buscando, porque los sueños tampoco pueden darse de inmediato, especialmente si se trata de cosas difíciles.

La historia nos ha enseñado que pueden pasar siglos pero que se puede lograr lo que se ha soñado. No se debe perder ni la esperanza ni la paciencia. Según cuentan que Thomas Alva Edison hizo muchos intentos para lograr inventar la lámpara incandescente que hoy es el foco, y cuando finalmente lo logró, le preguntaron si es que nunca se había desesperado, o si es que después de algún intento fallido se había desanimad. Él sin perder la ecuanimidad dijo: “No, simplemente descubrí una forma de cómo no hacer un foco”.

El mérito de los creadores es no dejar de soñar y no dejar de perseguir sus sueños, y si bien, siempre se habla de gente que ha logrado grandes cosas, los sueños y su realización no están lejos de cada uno de nosotros. No se trata de sueños espectaculares e impresionantes, sino de esos sueños que cada uno tenemos, como mejorar algo de nuestra personalidad, o sueños académicos, o laborales e incluso sueños materiales como tener una casa, adquirir un coche, etc., tal vez por eso los anunciantes siempre utilicen como slogan “la casa de tus sueños”, “el auto de tus sueños”, bueno hasta coloquialmente decimos: “la mujer de mis sueños” o las mujeres dicen: “el hombre de mis sueños”.