Fiesta de Corpus Christi
23 de mayo - 2016

ranulfo_rojas

Pbro. Ranulfo Rojas Bretón

Una de las fiestas más emotivas que tenemos en el calendario litúrgico es la fiesta de Corpus Christi, fiesta en torno al sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Sacramento porque a la manera de todo signo en el que una cosa vemos, por ejemplo el humo que vemos a lo lejos y otra la que nuestro entendimiento deduce: “algo se está quemando, o sea, ahí hay fuego”, todo signo tiene esa doble realidad, una sensible, por tanto percibible por los sentidos (gusto, vista, tacto, olfato, oído) y otra realidad razonada por el intelecto. Así, la vista percibe el humo, y el intelecto concluye la presencia del fuego.

En el caso del sacramento, cuya raíz es el latín signum= signo, tiene esa realidad sensible o percibible por los sentidos, la vista contempla el pan de trigo y el vino de uva que son los componentes base de la eucaristía o como técnicamente se llama, son la materia de la eucaristía, después de las palabras de la consagración en el rito de la misa, el entendimiento concluye la presencia del cuerpo y la sangre de Cristo y presencia real. Cuando se afirma la presencia real se dice en la doctrina de la Iglesia que: “En el corazón de la celebración de la Eucaristía se encuentran el pan y el vino que, por las palabras de Cristo y por la invocación del Espíritu Santo, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Fiel a la orden del Señor, la Iglesia continúa haciendo, en memoria de Él, hasta su retorno glorioso, lo que Él hizo la víspera de su pasión: «Tomó pan…», «tomó el cáliz lleno de vino…». Al convertirse misteriosamente en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, los signos del pan y del vino siguen significando también la bondad de la creación”. Catic. 1333.

La fe en presencia real del cuerpo y la sangre de Cristo se han visto atestiguadas por innumerables “milagros eucarísticos”, desde el ocurrido en la vida de San Antonio de Padua donde una mula después de días de ser privada de comer, se le presentó un saco de alimento y la custodia con la hostia consagrada y se arrodilló ante la hostia consagrada, también el célebre milagro de Bolsena, Italia en el que un clérigo dudaba de que efectivamente después de las palabras de la consagración se diera lo que se llama “Transubstanciación” y para su susto, las hostias consagradas se comenzaron a convertir en carne viva, así muchos milagros eucarísticos en otras partes del mundo han ayudado a fortalecer la fe en la presencia real de Cristo.

Recientemente, un milagro aconteció en Polonia, según portales católicos: El milagro sucedió en la misa de Navidad de 2013, cuando una hostia consagrada cayó al suelo durante la distribución de la comunión en el Santuario de San Jacinto. La hostia fue recogida y colocada en un recipiente con agua (vasculum) para que se disolviera, como mandan las normas canónicas en esos casos. Sin embargo, una vez en el agua, apareció en la hostia una mancha roja de textura singular, que hacía pensar en tejido humano.

El entonces obispo de Legnica, Stefan Cichy, instituyó una comisión para investigar lo sucedido con la sagrada forma. -La ciudad de Legnica (en alemán: Liegnitz, en polaco Legnicy) queda en la región de la Baja Silésia, en el suroeste de Polonia. En febrero de 2014, con el permiso de la diócesis, un fragmento de hostia con aspecto de tejido ensangrentado fue retirado y colocado sobre un corporal. Después fueron recogidas muestras para analizar en laboratorios de diferentes institutos forenses.

Los médicos de los departamentos de medicina legal consultados verificaron que los fragmentos recogidos contenían células del músculo estriado transversal semejantes a las del músculo cardiaco. Según el Catholic Herald, los exámenes fueron realizados en el departamento de medicina legal, en Wroclaw (en alemán: Breslau), al inicio de 2014.

Otro estudio fue realizado posteriormente por el departamento de medicina legal de la Universidad de Medicina de Pomerania, en Szczecin (en alemán: Stettin, en español Estetino), añadió la revista británica. Ese laboratorio concluyó que “en la imagen histopatológica, en los fragmentos (de la Hostia) fueron halladas partes fragmentadas del músculo estriado transversal. Semejante al músculo cardiaco. Los estudios también determinaron que el tejido es de origen humano, y se verificaron en él señales de agonía”.

Considerando la importancia de los pareceres médico legales, en enero de 2016 D. Kiernikowski llevó el caso al Vaticano, sometiéndolo a la consideración teológica de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Esa congregación vaticana se declaró favorable a la exposición de la hostia milagrosa para su veneración pública, y recomendó que se explicaran bien los hechos a los fieles.

La hostia quedó expuesta en una capilla del santuario bajo la responsabilidad del párroco, Andrzej Ziombrze.