A cien años del «Papelote» de Chiautempan 1916 – 2016
11 de febrero - 2016

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Parte I de la reseña histórica del tradicional “ahorcado” por Jesús Cortés Ilhuicatzi, cronista municipal.

Chiautempan| Redacción.- El carnaval es una de las tradiciones de Chiautempan, vivo reflejo de nuestra cultura y de nuestra historia, que surge al implantarse el modelo de vida español, otros factores son las crisis económicas y demográficas que desbastaron a los naturales, ya en el siglo XVI y XVII, para entonces el carnaval dura tres días, mientras que las autoridades mediante ordenes y mantenimientos, trataron de controlarla o prohibirla, esto debido a que la población lo usaba como medio para burlarse de las figuras del poder, un ejemplo de ello es un mandamiento que prohíbe la celebración, que expide el Gobernador de la provincia de Tlaxcala, el conde de San Román el 28 de Febrero de 1699 donde describe “que es una costumbre que dura tres días, en la que hombres y mujeres salen a bailar por las calles enmascarados portando distintos trajes y ocasionando severos desordenes públicos, quienes usan frases o versos con el objetivo de burlarse de la clase, oficio y crédito de otros.

La tradición oral que viene de una generación a otra y se remota a la época del virreinato, nos menciona que existió un “Don Juan”, que era un hombre que engaña a las mujeres y las embarazaba, por medio de engaños, que andaba de un lugar a otro, realizando sus fechorías, asaltante, apostador, hasta que la policía lo agarra para llevarlo a la Justicia donde declara sus engaños y es llevado a la horca; he aquí donde tiene su origen, la sátira, cantar y recitar versos, como inicialmente comenzó.

Esto servía para ajustar viejas rencillas, se decían palabras indecorosas y denigrantes como por ejemplo de una mujer liviana y de mala fe, era considerada como una mujer “Cándida”; además se utilizaba el alcohol en estas fiestas, de tal forma que esto sirvió para distraerse, relajarse y alejarse de su realidad imperante llena de obligaciones hacia las autoridades y la corona.

Con el paso de tiempo esto de cantar y recitar versos cambiaria, pues para 1916 cuando don Bonifacio Zempoaltecatl y Carlos M. Gracia, convocaron a un grupo de jóvenes que se disfrazaron en la octava del carnaval, haciendo mofa de las personas de la clase adinerada, y esto tradujo en sátira y humor fino, arrebatando la sonrisa del espectador, dicho acto se llevaba a cabo donde la población se concentraba, el Kiosco o frente al mercado Hidalgo, esta referencia se conoce del año y de las personas que creaban las notas periodísticas “dicen en Sarapelandia” de don Ricardo Cordero Lima, es quien tomaba el papel de Juan Carnaval, en el “ahorcado”.