Bienvenido Francisco
7 de febrero - 2016

ranulfo_rojas

Pbro. Ranulfo Rojas Bretón

El Papa Francisco estará estos días en México y seguramente que tiene ya una radiografía de nuestra patria, bien por todos los informes que los obispos presentan en su visita “ad limina”, bien por los informes que su sala de comunicación le presentan con regularidad, bien por los encuentros con personajes que son actores de la vida nacional, bien por las noticias de los medios de comunicación.

Sin embargo, su visita le servirá para ver el México real, y no tanto por lo que se le presente en los actos masivos, que por razones naturales, tiene mucho de aparente, obviamente no podrá recorrer a pie ninguna de sus calles, ni visitará de incognito ninguna plaza, ni podrá platicar con la gente ordinaria, con el obrero, con el campesino, con el indígena, con el adolescente, con el joven, con alguna familia, en fin, a pesar de no poder encontrarse con actores y personas de la vida ordinaria de nuestro pueblo mexicano, para personajes como el mismo Papa, y especialmente Francisco, le bastará ver, oír, oler, saborear, sentir, el México que alcance a ver. Basta con una mirada, basta con una frase, basta con respirar el aire y ver las montañas y especialmente basta con ver a las multitudes que a lo largo de las vallas y en los eventos estarán presentes, para darse cuenta de lo que es México y de mucho de las esperanzas que fluyen del pueblo mexicano. No hace falta que platique con cada persona, sea pobre, enfermo, encarcelado, víctima, etc., todos lo sabemos muy bien, para un buen observador y el Papa lo es, le basta con poco para descubrir mucho.

Francisco estoy seguro que conmocionará al país y provocará que todos aquellos que tengamos la oportunidad y el privilegio de verlo y de oírlo nos quedemos con un toque directo a nuestra mente, nuestra conciencia y corazón. No creo que nadie se pueda quedar indiferente ante el impacto de su persona.

Muchos quisieran otro tipo de visita, quisieran un Papa más cercano a la gente, que pudiese caminar y detenerse a saludar, de bromear un rato y quisieran que no hubiese tantas restricciones para poder estar cerca de su persona. Lamentablemente el México que vivimos y el tiempo de nuestro mundo nos obliga a que se tomen medidas que a muchos parecen excesivas y exageradas en cuanto a seguridad se refiere, pero, también debemos ser conscientes que no depende del Papa, ni de los organizadores sino de la necesidad.

El Papa ha pedido que por favor se le deje solo un momento delante de la Virgen de Guadalupe, estoy seguro que será una actividad prevista y que el oratorio que está tras el cuadro de la Virgen, se habilitará para poder dejar al papa a solas con María, disfrutará ese momento especial y se dará tiempo para orar por todos nosotros.

A muchos no les cayó bien que el Papa se refiriera a la situación de México como el “pedacito de guerra que nos toca vivir” especialmente en el ámbito de gobierno, pero la verdad es que la realidad es esa, existe un clima de violencia y de inseguridad, existen secuestros, extorsiones, ejecuciones, matanzas y se constata la presencia cada día más visible del ejército en nuestras calles y carreteras y eso solo es síntoma de una situación de guerra, a eso de manera especial se dedica el ejército. Que se están haciendo cambios estructurales, que a decir del gobierno esos provocarán que se viva el estado de derecho, lo cierto que en este momento, todo lo que se hace en materia de seguridad habla de la inseguridad y violencia que se vive en México.

Él no trae la varita mágica y así lo ha expuesto, tampoco viene que se tapen las cosas, seguro que hablará y por su estilo directo, hablará directamente de las llagas abiertas de nuestra patria: corrupción, impunidad, narcotráfico, crimen organizado, pobreza, violencia, trata de personas para la prostitución, migrantes. Pero también resaltará los valores y todo lo bueno, que es mucho, que tiene nuestra patria y su gente, hablará de lo importante que es cada persona, de la vida humana, del matrimonio, de la cultura, en fin. Ya veremos al final qué nos dejó la visita del Papa y que México se lleva en su corazón. Seguro estoy que regresará a Roma enamorado de México y que relativamente pronto, lo volveremos a tener en nuestras tierras. ¡Bienvenido Francisco!