Charola
28 de septiembre - 2015

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La campaña anunciada por el CDE del PAN para posicionar la imagen de su partido de cara al 2016 evidenció, una vez más, las diferencias internas. Por cierto nos dicen que les pasaron la charola, 30 mil pesos por cabeza para financiar la propaganda lo que generó molestia porque a 1 año no hay informe de las finanzas del partido

Por Edgardo Cabrera

Nos dicen que la semana pasada fueron llamados por su dirigente estatal los presidentes municipales de extracción panista y los diputados que conforman la bancada albiazul en el Congreso.

La intención fue plantearles una campaña propagandística para “reposicionar” la imagen de su partido de cara a las elecciones del próximo año.

Miles de bardas, cientos de lonas y anuncios espectaculares forman parte de la estrategia denominada “queremos escucharte”.

La sesuda idea parece un refrito de la campaña del cuarto informe del gobernador priísta del Estado de México, Eruviel Ávila “¡Platiquemos!”.

Lo anterior generó las primeras dudas a la propuesta, pero la gota que derramó el vaso fue cuando les pasaron la charola. Algunos de los que estuvieron en esa reunión nos confirmaron que les pidieron 30 mil pesos por cabeza para financiar la propaganda.

No solo eso, a los alcaldes panistas se le planteó la pinta de 2 mil bardas, por supuesto con sus propios recursos (no sabemos, ni ellos saben, si la pagarán con dinero propio o del erario). En el caso de las localidades con mayor población se “sugirió” cumplir con una meta de al menos 200.

Como era de esperarse más de uno se inconformó, principalmente el bloque antagónico al adrianismo, incluso un diputado plurinominal increpó a Carlos Carreón a quien le exigió que rinda cuentas del manejo de los recursos del partido ya que a un año no se sabe cómo se han ocupado las prerrogativas.

En contraparte el Comité Directivo Estatal se lavó las manos de aportar dinero ya que -según ellos- financiaron el “estudio de mercado” y el proyecto.

Molestos, varios prefirieron abandonar la reunión, máxime porque más de uno se sintió ofendido cuando legisladores afines al CDE trataron de cobrar como “favor” la aprobación de sus cuentas públicas municipales.

Por eso el domingo en la presentación de su campaña se quedaron solos los adrianistas evidenciando las diferencias internas, únicamente le dieron el espaldarazo al dirigente los legisladores federales Adriana Dávila y Juan Corral, los locales Ángelo Gutiérrez y Julio Álvarez, así como los alcaldes de Tlaxco, Yauhquemehcan, Zacatelco, Calpulalpan, Acuamanala y Apetatitlán, el resto, parece, «no quisieron escucharlos».

Absurda

Un aspecto elogiado de Tlaxcala es que posee finanzas públicas sanas y también cero deuda pública.

Los indicadores muestran un ritmo de crecimiento sostenido, y seguramente éste sería más contundente, si los municipios recurrieran a los mismos instrumentos para privilegiar el gasto de inversión, sobre el gasto corriente o las obras de relumbrón que dilapidan el presupuesto.

Bajo este escenario, llama la atención la iniciativa para crear la Ley de Asociaciones e Inversiones Público–Privadas del Estado de Tlaxcala, que propone el panista Ángelo Gutiérrez, pues bajo el ideal de impulsar el desarrollo en infraestructura “con visión de largo plazo”, olvida que todas las obligaciones de pago a largo plazo que contraigan las entidades federativas deben ser consideradas como deuda pública del estado, sin importar si es un empréstito, Proyectos de Prestación de Servicios o de Asociaciones Público–Privadas.

¿Para qué endeudarse, cuando el camino de la disciplina y la austeridad prueban ser efectivos, sin comprometer los recursos de futuras administraciones? La propuesta resulta incongruente y absurda.

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