Por Fernando Tamayo

Durante los últimos años los estudios de opinión y encuestas se han convertido en la herramienta por excelencia para políticos quienes las utilizan como “bolas de cristal” para vislumbrar los posibles escenarios que pudieran presentarse en un futuro para ellos y para sus respectivos grupos.

Lo anterior no es ajeno para Tlaxcala. Cada vez son más frecuentes los análisis demoscópicos donde se barajean distintos nombres, particularmente para la Gubernatura que se renovará en 2016, e incluso hay quienes con cifras en mano consideran apuntalar “las preferencias electorales” a pesar de que la veracidad y exactitud de los datos se ha puesto en duda dado que el proceso electoral todavía tiene muchos capítulos por delante.

Tal es el caso de la Senadora Adriana Dávila. En distintas entrevistas ha manifestado su oposición a una posible alianza entre PAN y PRD, tomando como base que tanto ella como la también legisladora Lorena Cuéllar son las punteras en la intención de voto y que por esa situación ninguna de las dos estaría dispuesta a renunciar a sus aspiraciones.

Ya la semana pasada nuestro compañero Edgardo Cabrera daba cuenta de algunos datos de una encuesta realizada en la Entidad, donde efectivamente se establece que ambas Senadoras se encuentran por encima de otros personajes. Sin embargo, la Senadora Dávila y su equipo cometen un grave error al pensar que por ese sólo hecho llevan mano en la elección del próximo año.

Históricamente existen claros ejemplos de que las encuestas realizadas sin que el proceso electoral cuente con candidatos definidos resultan ociosos, dado que los números obtenidos discrepan de los resultados arrojados en la jornada electoral. En la elección de 2010, el hoy Gobernador se encontraba alejado varias cifras de la entonces candidata perredista Minerva Hernández. En la elección de este año en el Distrito I, meses antes de realizarse la jornada electoral, la actual Diputada Rosalinda Muñoz ni siquiera estaba considerada en las encuestas.

Derivado de lo anterior, Dávila y su equipo parecen no aprender de los errores cometidos durante la elección donde fueron derrotados por Mariano González. Dejarse llevar por el canto de las sirenas puede resultar negativo para las aspiraciones y posibilidades de triunfo de la apizaquense. Al tiempo.

Desde la barrera

Días antes de que el Presidente de la República Enrique Peña Nieto completara la mitad de su mandato, determinó realizar algunos cambios en su Gabinete. En ese sentido debemos preguntarnos si la decisión tuvo que ver con cuestiones políticas o bien, si se trató de una acción que tiene como finalidad mejorar los resultados del gobierno federal. La respuesta la sabremos en unos meses cuando el proceso sucesorio comience.

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