México deslucido
31 de agosto - 2015

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Pbro. Ranulfo Rojas Bretón

Ya iniciamos el mes de septiembre, el llamado “mes de la Patria” porque al recordar que el 16 de septiembre de 1810, comenzó el movimiento que culminó en 1821 con la Independencia de México se ha tomado para fortalecer el espíritu patriótico y hasta patriotero que nos hace tomar tequila y con música de mariachis gritar “viva México hijos de…..” así abriendo todo el pecho y con ronca voz expresar el “México lindo y querido” que nos identifica.

Durante estos días veremos los colores verde, blanco y colorado ondeando por todas partes y colgando de los espejos en los autos. Veremos autos con sombreros y bigotes, todo el marketin publicitario con una amplia imaginación nos hará sentir la emoción y orgullo de ser mexicanos.

Lástima que lleguemos tan golpeados pues en solo unos días el dólar se fue a las nubes respecto al peso, así de 15 pesos ahora lo vemos en más de 17 pesos y con una tendencia que no parece frenarse. Hay quienes ven una paridad frenada en los 20 pesos, esperemos que no suceda. Todo esto ha golpeado la economía especialmente respecto a las importaciones y con ello los efectos en nuestro mercado.

La esperanza de México cifrada en el petróleo, también se ha visto golpeada con la caída tan dura del barril. Así que se ha tenido que volver a reubicar las posibilidades reales de crecimiento programado.

Si esto sucede en la macroeconomía, la microeconomía, la del bolsillo de los mexicanos –que siempre es la que paga el pato- esa, está teniendo índices también muy bajos. La pobreza se siente cada día más y lo que gana la gente cada día le alcanza para comprar menos.

Aunado a los factores económicos, los factores sociales no cantan mal las rancheras, campesinos esclavizados laboralmente en Baja California, mujeres que enfrentan el flagelo de la trata para la prostitución, los conflictos magisteriales en Oaxaca, Guerrero y Michoacán aunque no hemos estado alejados de este problema aquí en Tlaxcala, el cumplimiento de un año de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, la fuga del Chapo, los cambios en el gabinete, todos estos factores están presentes al inicio de la celebración del mes de la Patria.

Celebración se presenta deslucida y con factores complejos. Hay un México complicado y enemistado ya no con enemigos del exterior como en el pasado, no los enemigos no son los españoles que desde 1519 llegaron a Veracruz y no se fueron sino hasta después de 1821 fecha de consumación de la independencia. Tampoco son los franceses que pusieron sus naves en Veracruz e intentaron varias intervenciones e incluso imponernos un emperador que fue fusilado en el cerro de las cruces en Querétaro. Tampoco lo son los gringos que no solo invadieron nuestra patria sino que se apoderaron de más de la mitad de nuestro territorio y que de manera alevosa nos compraron parte del mismo. Tampoco son los enemigos los grupos de “misioneros” protestantes que impulsados por el “oscuro” plan Monroe llegaron en busca de romper la hegemonía de la religión católica e intentar hacer suya la filosofía Monroe de “América para los americanos” con la idea de expulsar a franceses, españoles y alemanes de la influencia en México y quedarse como única influencia no solo en México sino en toda América, haciendo verdad el axioma de “divide y vencerás”.

No, ya no son los enemigos de fuera, ahora son los enemigos de casa. Aquellos mexicanos que sin tocarse el corazón, agreden a los mexicanos. Aquellos grupos dedicados al narco que extorsionan, ejecutan, desaparecen, intoxican a nuestra niñez. Aquellos mexicanos que aprovechándose de la necesidad de sus connacionales abusan y dañan a sus personas, a su economía, a sus valores y a sus intereses.

Los enemigos están en casa, en la persona de todos aquellos, que valiéndose de sus puestos generan la corrupción e impunidad y permiten que México esté sufriendo en sus gentes los desastres económicos, la pobreza y la miseria, la inseguridad, todo aquello que carcome la dignidad de los mexicanos.