¿Cheque en blanco?
30 de julio - 2015

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Senadora Adriana Dávila Fernández

La semana pasada manifesté públicamente mi respaldo a la candidatura de Ricardo Anaya en mi estado para la elección de presidente nacional del PAN, que se llevará a cabo el próximo 16 de agosto. Muchas lecturas se generaron a raíz de mi aparición en el evento en el Salón Arlequín de Apizaco, puntos de vista distintos; algunos objetivos, otros más con dedicatoria por parte de diversos actores políticos, tanto internos como externos.

Lo cierto es que siempre he expresado directa y abiertamente las decisiones que tomo, sin simulaciones, y asumo con responsabilidad las consecuencias de las mismas. Aprovecho este espacio para exponer, ante los militantes de mi partido y ante la opinión pública, los motivos de esta decisión.

En el mes de junio, luego del resultado de la elección federal -por cierto nada halagador para el PAN-, Margarita Zavala anuncia su decisión de no participar en la renovación de la dirigencia nacional; señala que “…el PAN debe buscar, entre sus liderazgos, un dirigente nacional de consenso…», y agrega: «confío en que los panistas tomarán la mejor decisión, los ciudadanos están haciendo lo suyo en nuestra democracia, los políticos no”.

Sin duda alguna, a quien más ha beneficiado nuestros conflictos internos es al Partido en el Gobierno, no obstante los resultados en política social: más mexicanos en pobreza, según cifras del CONEVAL; estancamiento de la política económica; crisis en materia de derechos humanos, entre otras deficiencias gubernamentales, y lo cierto es que el PRI contará con la mayoría en el Congreso, junto con sus aliados. Esto no ayuda a México ni a los mexicanos.

Por lo anterior, decidí no ser parte de una disputa interna que en nada abona ni a los mexicanos ni a los tlaxcaltecas. No es la pelea por la dirigencia nacional lo que debe concentrar nuestros esfuerzos, sino convertirnos en una oposición fuerte y crítica de lo que se está haciendo mal, pero también que colabore en lo que más convenga a los ciudadanos, independientemente de quien lo proponga.

El PAN en Tlaxcala, como en el resto del país, debe reconciliarse con los ciudadanos, demostrar que somos una opción responsable y que no hemos perdido nuestra capacidad de hacer buenos gobiernos, ni tampoco de ganar elecciones.

Tlaxcala representa a nivel nacional, el 1 por ciento en términos electorales y en muchos indicadores. Incluso hay quienes, despectivamente, nos asumen incluso como parte de su territorio; otros más se mofan cuando señalan que Tlaxcala, en el «redondeo de cifras nacionales” desaparece, por tanto no hay que destinarle tiempo y esfuerzo. Sin embargo, para mí, y estoy segura que para la mayor parte de los tlaxcaltecas, nuestro estado ocupa el lugar No.1 en nuestra prioridad y representa el cien por ciento de nuestros esfuerzos.

Por ello y entre otros aspectos, no es con la participación de “liderazgos nacionales” como debe construirse un proyecto local. Es cierto que son importantes las relaciones para el crecimiento y desarrollo de nuestro estado, no las desdeño, pero tampoco baso el éxito o fracaso de la política en esta circunstancia.

Mi apoyo a Ricardo Anaya no es un cheque en blanco. En su planilla hay personajes con los que comparto ideales y proyectos, a quienes respeto y admiro por su lucha en sus entidades federativas: la Senadora Sonia Mendoza, a quien estoy segura le arrebataron el triunfo en San Luis Potosí; el Diputado Fernando Rodríguez Doval, del grupo de jóvenes políticos aún con ideales y valores presentes. Por supuesto, Josefina Vázquez Mota, nuestra ex candidata Presidencial.

Este equilibrio, por sí mismo, contribuye a no dividirnos más, a construir desde lo local y a ocuparnos en lo que sí es nuestra responsabilidad: Tlaxcala.

Mi decisión no rompe ni mi origen, ni mi participación en el grupo político interno del que orgullosamente sigo siendo parte. Mi lealtad, compromiso y admiración serán siempre para quien me ayudó a formar mi carácter partidista, el ex Presidente Felipe Calderón, uno de mis referentes políticos, a quien el tiempo se ha encargado de demostrar que ha sido hasta ahora, el mejor presidente de México. Justo por ello, desde mi trinchera me toca construir, para demostrar que el PAN sabe gobernar y lo hace mejor que el PRI.

El próximo año tendremos elecciones en Tlaxcala. Es este el momento de construir un mejor proyecto que nos aleje de cifras tan vergonzosas, como haber aumentado en más del 30 por ciento la población vulnerable que caerá en pobreza, si sus condiciones no mejoran, de acuerdo con el CONEVAL.

Como diría Carlos Castillo Peraza, es momento de dejar de vernos el ombligo y priorizar la política pública por encima de la política electoral; la única forma de ganar una elección es asumiendo que el eje principal son los ciudadanos y no la clase política.