Gracias a la vida
25 de mayo - 2015

ranulforojascolumna23

Pbro. Ranulfo Rojas Bretón

¿Cuántos no se han inspirado en esta canción del Folclore chileno obra de Violeta Parra para agradecer al creador de todo por el regalo de la vida? Porque mucha gente pasa por la vida sin darse cuenta de todo lo que lo rodea y de cómo se manifiesta el omnipotente a través de todo lo creado. Ya en el libro de la sabiduría se refiere a la contemplación de la naturaleza enseñando que si son bellos los bosques y las montañas, el cielo y las estrellas, pensemos cuánto más gran es quien creó todo ello.

Realmente no me cansaré de agradecer a la vida todo lo que me ha dado, desde lo básico de mis sentidos a través de los cuales puedo conocer este maravilloso mundo. Ver los colores y las formas, disfrutar de las tonalidades y del arco iris que se forma después de la lluvia al aparecer el sol. No por nada Aristóteles y otros pensadores han afirmado que la vista es el sentido más importante por todo lo que el ojo representa, capacidad de ver colores y formas, de ver las dimensiones de los cuerpos, la profundidad, el cerca y el lejos, el alto y el bajo, todo eso significa la vista y quien la posee debe sentirse más afortunado que si acumulara las riquezas de la tierra.

Sin embargo, la importancia de la vista no demerita la importancia de los otros cuatro sentidos pues cada uno de ellos tiene una importancia capital, pues si bien la vista destaca, los otros sentidos pueden equiparársele. Recuerdo a un profesor que cuando hablábamos de esto, él decía: “La vista es muy importante, pero para quien crea perfumes, preferiría el olfato, como para un gourmet, la preferencia se iría por el gusto, o para el músico, el más importante sería el oído”. Cada uno de los sentidos tiene su misión, pero lo sorprendente es que los cinco sentidos externos ser armonizan y complementan para darle al hombre las herramientas necesarias para disfrutar el mundo. El profesor terminaba su exposición con una pregunta: si tuvieses que perder alguno de los cinco sentidos, ¿Cuál preferirías perder y por qué? Vaya que sufrimos tratando de justificar los pros y los contra de nuestra decisión, porque un sentido complementa al otro y permite que el otro se desarrolle más. Además, la importancia en el hombre de los sentidos rebasa los límites que los mismos sentidos tienen respecto a muchos de los animales irracionales, porque el olfato de los perros por ejemplo, es superior en mucho al olfato del hombre; la vista de las águilas que desde muy alto puede ver con claridad alguna presa pequeña en la llanura, es muy superior a la vista del hombre; el oído de muchos animales, rebasa en capacidades al oído del hombre. Más limitados los sentidos en el hombre, pero al ser “espíritu encarnado” los sentidos son meros medios mientras que para los animales los sentidos son fin.

La gran diferencia es que el animal en sus cinco sentidos externos y los cuatro internos (memoria, fantasía, estimativa y sentido común) basa la posibilidad de sobrevivir en el mundo. El animal conoce pero no sabe que conoce, simplemente vive pero no sabe que vive y obvio muere sin saber que muere. Mientras que el hombre “espíritu encarnado” más que “animal evolucionado” como dice Darwin, ocupa sus sentidos para conocer y transformar el mundo. “nada hay en el entendimiento que no pase por los sentidos” afirma Santo Tomás de Aquino, mostrando así la importancia de los sentidos para hacer llegar a la mente las imágenes a partir de las cuales generará conceptos, juicios y la posibilidad de reflexionar para generar nuevos conocimientos. A diferencia del animal, el hombre si tiene conciencia de que conoce, de que vive y de que muere.

Por eso, el hombre se ha propuesto desde el principio conocer el Arxé, o sea, el principio de todo, su origen, su fin y lo que lo sostiene en el ser. ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Quién soy yo? Fueron las primeras preguntas que el hombre filósofo se hacía y a lascuales trataba de contestar desde los rudimentarios conocimientos hasta los más altos pensamientos. San Agustín se preguntaba: ¿Quién es este que soy yo? El mismo salmista reflexiona: “Cuando contemplo el cielo obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado, me pregunto: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder? Lo hiciste apenas un poquito inferior a los ángeles pero lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies”.

Esa es la grandeza del hombre que hecho a imagen y semejanza de Dios, puede razonar, puede decidir, puede preguntarse, puede equivocarse, ahí reside la fuerza del espíritu en estas capacidades que no son nada materiales. Ésta es la gran diferencia entre el animal y el hombre. Por eso Emanuel Kant, escribe: “cuando el hombre le dijo a la oveja: “esta lana que tienes Dios te la dio para que me vistiera y esa carne que tienes Dios te la dio para que me alimentará”, entonces fue cuando el hombre se despegó de la creación y le dijo: “no somos iguales, yo soy diferente a toda la creación porque yo pienso””. Darwin y los evolucionistas han querido encontrar el momento en que el irracional da el brinco a la racionalidad, un ser que siendo animal irracional por algún motivo deja de ser irracional y comienza a razonar. A esto, Darwin lo llamó el “eslabón perdido” motivo de sus estudios y de sus investigaciones que nunca pudieron concretarse porque “la naturaleza no da saltos” y el irracional nunca podrá dar el brinco a la racionalidad. Aunque haya muchos animales que parecieran gozan de cierta capacidad intelectual, en realidad no es tal, sino un adiestramiento o un desarrollo de sus sentidos tanto externos como internos.

Lo menos que puede uno hacer es sentirse agradecido por vivir y disfrutar de este mundo maravilloso, por tener las herramientas necesarias para conocerlo y transformarlo. Por eso cada día que pasa, cada año que pasa –Conciencia del tiempo, algo que es único y exclusivo del hombre- puede elevar los ojos al cielo y decir gracias Señor por darme un tiempo más de vida. Permite que pueda aprovecharlo haciendo el bien a los que me das como compañeros de camino, a quienes pones a mi lado, especialmente a los que compartimos lazos de sangre, tal vez no nos hemos valorado o nos hemos distanciado, pero seguimos siendo familia. Gracias por mis amigos, por la gente que me permites conocer y que me das la oportunidad de amar y de que me amen, porque sé que solo cuando uno experimenta el amor, es cuando puede disfrutar más la presencia del trascendente que tiene como definición el amor.

Para muchos cumplir años es intrascendente, para mi es motivo de gratitud porque cada día es un día de oportunidades para hacer lo que aún no he hecho, para intentar los que no he intentado, para corregir aquello en lo que me haya equivocado y sobre todo para amar y ser feliz. Por todo esto, gracias Dios por la vida y por lo que en ella me das.