Candidatos, responsabilidad de partidos
3 de marzo - 2015

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Sen. Adriana Dávila Fernández

En días recientes y con los mecanismos desarrollados e imaginados por todas las fuerzas políticas desde procesos democráticos, designaciones y hasta sorteos -como si la selección de las personas que van a representar y decidir en la Cámara de Diputados fuera una suerte de premio de la lotería nacional-, se han dado a conocer las distintas fórmulas que se pondrán a consideración del electorado.

Las listas de candidatos incluyen a todo tipo de personas, desde las reconocidas por su compromiso político hasta las relacionadas con actos de corrupción e impunidad, incluidas candidaturas de consolación, al no alcanzar otros cargos locales, así como aquellas que son de “telenovela”.

No puedo negar la autonomía que tiene cada Partido Político para proponer y exponer de manera pública a aquellas y aquellos ciudadanos que consideran idóneos representantes de su plataforma política para el ejercicio legislativo, así como el legítimo derecho de todo mexicano de encabezar esfuerzos desde la trinchera parlamentaria.

Sin embargo, en esta selección de personajes, aún siguen vivos los signos de autoritarismo, conveniencias políticas, clientelismo electoral, estrategias para captar sufragios, intereses de grupo, pago de cuotas, sin que se denote el compromiso serio para asumir con responsabilidad el cargo que está en juego.

Por su parte, la ley electoral establece reglas claras que impiden el uso de recursos públicos para lucrar con más de 52 millones de compatriotas que viven en condición de pobreza, pero que tienen credencial para votar.

La norma jurídica debe ser respetada, no interpretada en beneficio ni de las estructuras del partido gobernante, ni de ningún instituto político. Hacerlo es una provocación democrática que deja ver la ausencia de voluntad -por parte de autoridades- para respetar el estado de derecho.

De igual forma se tienen mecanismos para detectar cómo, de dónde y quién aporta a las campañas electorales.

Es fundamental evitar el uso de dinero ilícito que puede comprometer la libertad de las y los ciudadanos para depositar su voto en las urnas. No es con «llamados a respetar la ley» como se lograrán las contiendas equitativas.

Se requiere voluntad y coraje para sancionar e inhibir estas prácticas que lastiman a la población, porque al tener un triunfo irregular, con toda seguridad se tendrán ejercicios públicos que obedezcan a terceros y en nada contribuyen a enfrentar y atender las necesidades sociales.

Por ello, lo ideal sería que los dirigentes de los partidos políticos apliquen las restricciones y medidas cautelares antes de que los asuntos lleguen al escritorio de la autoridad electoral.   A final de cuentas, el grueso de las candidaturas son responsabilidad de las fuerzas políticas.

Para fortuna de México y su democracia, las condiciones de comunicación han dado un giro a favor de la libertad de expresión, porque las redes sociales constituyen un instrumento de información que nos permitirá conocer abusos, intimidaciones y prácticas que están prohibidas, corresponderá a las autoridades electorales perseguir y castigar ejemplarmente a los responsables.

Como puntos de reflexión en esta vorágine de información sobre los perfiles, las actividades y la vocación política de cada fórmula (propietarios y suplentes), es necesario que las y los ciudadanos se concienticen con respecto a 2 aspectos:

  1. a) En un análisis básico y honesto, ¿se ha mejorado la calidad de vida de las familias mexicanas, sea en la colonia, municipio, entidad o país?
  2. b) De las ofertas y compromisos de campaña del 2012, ¿el partido en el poder ha logrado -con sus diferentes representaciones, atender y cumplir las principales inquietudes, demandas y preocupaciones de la población?

De ahí que sea fundamental mantenerse informado y conocer a los candidatos; el ejercicio democrático implica una responsabilidad que va a la par de la conciencia cívica, porque lo que se decida el próximo 7 de junio tendrá impacto en los próximos 3 años.

A mayor conocimiento de los candidatos debe seguir un profundo análisis para otorgar el sufragio en aquella fórmula que permitirá resolver los problemas.

Nuestro país transita por una etapa compleja y delicada en distintos rubros que requieren capacidad para tomar decisiones que beneficien al grueso de la población.

Para cambiar la percepción de las y los ciudadanos de los partidos políticos, es necesario -en los hechos- servir con vocación en la búsqueda del bien común y no servirse del poder.

RECUENTOS EN EL INE

En una carta abierta, el Dr. Lorenzo Córdova, presidente del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, hizo un llamado a las representaciones políticas para que se reincorporen a los trabajos preparatorios del proceso electoral.

Entre otras cosas, señaló que “Solo a las corrientes más antidemocráticas conviene la interrupción del diálogo…”; bien, pero el reclamo a la autoridad por parte de 7 partidos políticos es sobre su actuación, por romper el equilibrio democrático al tomar decisiones favorables a las fuerzas políticas afines al gobierno federal.

La decisión de levantarse de la mesa es una manifestación de inconformidad y protesta ante los oídos sordos y simulaciones de legalidad en la contienda, eso sí es antidemocrático.