Todo el poder
25 de agosto - 2014

ranulforojascolumna23

Pbro. Ranulfo Rojas Bretón

Hace unos días tuve la oportunidad de ver una película tipo comedia que no es una gran película en su manufactura, de hecho se trata de una mala película, sin embargo, me atrajo el subtítulo de un súper héroe sin súper poderes. En ella el protagonista junto con un par de amigos vivían una vida gris en la escuela, sin brillar en los deportes, ni en los estudios, ni en actividades que les dieran imagen, se dedicaban a leer comics de súper héroes y el protagonista muchas veces soñó o deseó, ser tocado por el dedo del destino superior y adquirir los súper poderes que lo hicieran diferente a los demás y especialmente a lograr la admiración de las mujeres para las cuales hasta ese momento era invisible socialmente hablando.

Algo que me llamó la atención del protagonista era su sensibilidad ante la indiferencia de la gente. A él le quitaban su dinero y pertenencias compañeros más grandes o más fuertes que él y lamentaba que nadie moviera un dedo para evitarlo. Veía como ante un asalto la gente mejor volteaba hacia otro lado o cerraba las cortinas pero no se involucraba. Él ansiaba tener súper poderes para poder ayudar, al no tenerlos, decidió adquirir un traje de súper héroe, enfundarse en él y ayudar a quienes eran víctimas de violencia. Una ocasión intentando encontrar un gato, se vio involucrado en la persecución que hacían varios sujetos contra uno solo. Él los enfrenta y recibe muchos golpes mientras le pide a un joven que llame a la policía, en lugar de llamar a la policía, el joven corre la voz de lo que está pasando y nadie sale a ayudar, todos desde dentro se ponen a grabar lo que está pasando con sus celulares y suben el video a las redes sociales.

Hasta ahí algo de la película en los detalles que me interesan pues la indiferencia ante los robos, o las acciones de violencia son muy comunes en nuestra sociedad. Hemos dejado que cada quien se rasque con sus uñas y no le importa a nadie lo que le pase a una persona, pero el morbo sí importa y como ya todos los celulares tienen video, todos intentan tener la posibilidad de tener videos para compartir. Así lo vimos en la carrera de carcachas donde se compartía y se comentaba el accidente en el que perdió la vida el piloto –Concho- y muchos pedían les compartieran el video del momento en que atropellaban al vendedor del bon ice. Luego en la huamantlada también querían tener el momento de alguna desgracia y con morbo esperaban que algo grave pasara y pudieran tener grabado el momento preciso. Obvio, no hay preocupación por la persona, no se busca ni quien es la persona que murió o que sufría algún accidente; nadie tenía en mente ni a la persona, ni a su familia. Pocos saben que Don Concho dejó a una mujer y dos niños pequeños que tendrán que enfrentar una vida sin el padre de familia. Lo que importaba era el video.

Lo que el personaje de la película se preguntaba, puede también ser una pregunta en nuestro ambiente ¿Por qué nadie interviene para frenar lo que pasa? ¿De verdad se necesitan tener súper poderes para enfrentarse a la injusticia o intentar frenar por ejemplo el bulliyng? Él pensaba que no, y cualquier persona tiene el poder y la capacidad de poder revertir situaciones como esas.

Ante el bulliyng se ha insistido en que se necesita no guardar silencio, se ha tratado de fortalecer la confianza de quienes son víctimas para que no se queden callados y puedan denunciar ante sus padres, ante los maestros y directivos cualquier forma de bulliyng. También se ha insistido a padres de familia que estén pendientes de cualquier conducta que permita suponer que sus hijos están siendo sometidos a cualquier forma de violencia. Y algo muy importante es creerles porque ha habido denuncias ante los padres y no les han creído incluso en casos muy duros como el abuso sexual, los papás dudan de lo que les dicen los niños y las niñas que prefieren mejor guardar silencio. Se ha insistido a los profesores para que implementen medidas que permitan eliminar el bulliyng. Los mismos gobiernos han firmados convenios. Se han establecido protocolos y ya el tiempo nos irá mostrando los logros que se alcancen.

Un ámbito que también necesita que se le meta mano es el contenido de los programas televisivos que en el afán de colaborar de pronto muestran formas explícitas de bulliyng y con ello parecen provocan la mente para imitar lo que se presenta en la pantalla.

Algo que debe quedar bien claro es que cada uno de nosotros tiene todo el poder para que se pueda modificar conductas de indiferencia, pues si en lugar de una actitud indiferente trabajamos para tener una actitud de colaboración. Pienso por ejemplo en el apoyo de vecinos, lograr que el de junto sienta al otro como parte de su responsabilidad; si cuidamos a los hijos de los vecinos, las cosas de los vecinos, las casas de los vecinos. Si cada uno siente como suyo todo lo que está en su entorno y está pendiente de que no pase nada, entonces estaremos construyendo relaciones sólidas y la fraternidad no queda en utopía sino en algo real.

La indiferencia es fruto de un individualismo sobre el  que el Papa Francisco ha dicho: “El individualismo posmoderno y globalizado favorece un estilo de vida que debilita el desarrollo y la estabilidad de los vínculos entre las personas, y que desnaturaliza los vínculos familiares. La acción pastoral debe mostrar mejor todavía que la relación con nuestro Padre exige y alienta una comunión que sane, promueva y afiance los vínculos interpersonales. Mientras en el mundo, especialmente en algunos países, reaparecen diversas formas de guerras y enfrentamientos, los cristianos insistimos en nuestra propuesta de reconocer al otro, de sanar las heridas, de construir puentes, de estrechar lazos y de ayudarnos «mutuamente a llevar las cargas» (Ga 6,2). Por otra parte, hoy surgen muchas formas de asociación para la defensa de derechos y para la consecución de nobles objetivos. Así se manifiesta una sed de participación de numerosos ciudadanos que quieren ser constructores del desarrollo social y cultural”.